jueves, 12 de octubre de 2017

ANÁLISIS ANATÓMICO Y MORFOLÓGICO

El sacapuntas, por lo tanto, es imprescindible para poder seguir utilizando un lápiz cuya punta se ha roto o gastado. Este objeto también es necesario cuando se necesita un trazo muy preciso y la punta del lápiz se ha engrosado debido a su utilización.

La historia indica que, en la antigüedad, los lápices se afilaban con una navaja o con un cuchillo. Realizar la tarea con estos elementos, sin embargo, era complicado e incluso riesgos. En la primera mitad del siglo XIX, comenzaron a aparecer los primeros sacapuntas, que permitían obtener puntas de mayor uniformidad para dibujar o escribir.

En la actualidad existen varias clases de sacapuntas. El sacapuntas más popular es el sacapuntas de mano, que no tiene piezas móviles. Estos sacapuntas son pequeños rectángulos plásticos con una cuchilla y uno o dos orificios. La persona debe introducir el lápiz en el orificio y girarlo mientras sostiene firme el sacapuntas: de este modo, afinará la punta mientras salen las virutas de madera al exterior.

Teniendo en cuenta que los sacapuntas se han convertido en piezas fundamentales tanto en los colegios como en oficinas y en todo tipo de organismos, se han presentado otras muchas novedades al respecto en los últimos años. Así, por ejemplo, de manera reciente en Japón se ha procedido a presentar un sacapuntas que responde al nombre de Botsuana y que tiene la particularidad de que, además de afilar los lápices, permite que nunca ningún usuario se quede sin él.

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